Ya llevamos unas cuantas semanas con frío y seguramente, si aun no lo has hecho, estés pensando en empezar a poner la calefacción en tu hogar. Por ello, queremos enseñarte algún cambio en tus hábitos para ahorrar en la factura.

El gasto energético en calefacción depende de las condiciones climatológicas del lugar en el que se encuentra la vivienda (zona atlántica, continental o mediterránea), del tipo de calefacción instalada y de la eficiencia energética. Sin embargo, también influyen en gran medida los hábitos de quién habita en ella: las horas de uso, la temperatura fijada en el termostato o el mantenimiento realizado en los radiadores.

De acuerdo con los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la calefacción supone un 47% del consumo de energía eléctrica de una vivienda, siendo el gasto medio de los más altos de Europa por persona y por hogar debido a factores como los impuestos, los costes de distribución o las fuentes de generación de energía.

A continuación, te contamos algún truco que puedes usar para bajar ese gasto al máximo. Apunta:

  • Bajar un grado el termostato: aunque parezca una tontería este simple hecho puede marcar un gran ahorro en tu factura. ¿Y qué es lo mejor? Que no notarás apenas la diferencia en la temperatura.

 

  • Purgar los radiadores: como dice el dicho, una vez al año, no hace daño. Su mantenimiento es determinante para la eficiencia energética. Purgándolos permites que el calor circule mejor, conservando el rendimiento del aparato y un menor consumo de energía.

 

  • Apaga la calefacción por la noche: pon la calefacción por la tarde y, por la noche, aprovecha el calor residual. Viste la cama con edredones o mantas gruesas y apaga el termostato. Verás cómo ahorras en tu factura mensual.

 

  • Protege puertas y ventanas: Las fugas de calor son uno de los principales focos de derroche de energía en los hogares. Detecta posibles escapes de calor en puertas y ventanas e impide la fuga de aire caliente sellándolas con burletes. Mantendrás una temperatura constante y tu sistema de calefacción no tendrá que usar tanta energía para mantener el ambiente cálido.

 

  • Baja las persianas por la noche: Bájalas al atardecer y súbelas durante las horas de sol para aprovechar el calor solar y mantenerlo dentro del hogar. Se trata de una medida muy efectiva ya que el cristal de las ventanas es uno de los principales transmisores de frío en las viviendas.

 

  • No obstaculices los radiadores: Muebles, cortinas, plantas, ropa… Intenta no colocar nada encima o delante de los radiadores para dejar que el calor fluya por la estancia libremente. Evitarás que el sistema tenga que trabajar más de lo necesario para distribuir el calor de forma uniforme.

 

  • Cambia las cortinas: De nuevo, para aislar tus ventanas, utiliza unas cortinas opacas y gruesas para bloquear la entrada de frío y conservar el calor en el interior. Al igual que las personas nos abrigamos más durante el invierno para mantener la temperatura corporal, nuestras viviendas también necesitan tejidos más tupidos y gruesos para conservar el calor.

Ahora ¡es tu turno! Prueba estos pequeños consejos y verás como reduces el gasto este invierno. Te leemos en comentarios. ¡Feliz semana!