De época en época, algunos de los cambios más significativos que hemos ido viviendo los hemos podido apreciar en las viviendas. Con especial incidencia tras la pandemia, se han replanteado algunas necesidades importantes a tener en cuenta en los hogares.

Para catalogar estos cambios y definir las nuevas tendencias, Culmia, la plataforma residencial de gestión de proyectos inmobiliarios en España, ha desarrollado un informe llamado “Macrotendencias en torno a la vivienda 2023-2030” recogiendo, junto a la consultura Piece of Pie, posibles características que podrían marcar nuestras viviendas de ahora en adelante.

  • Aumento de materiales naturales. La madera, cerámica, pinturas y barnices naturales, cáñamo o corcho, son materiales que cada vez ganarán más importancia. La razón de ello se encuentra en el interés y el cambio de mentalidad de la sociedad, con una mayor conciencia individual en relación con cuestiones sostenibles y por la vinculación de estos materiales con la salud de los usuarios en las viviendas y los edificios. La sostenibilidad y la salud influenciarán en todos los aspectos del diseño de la vivienda. La construcción en madera aporta beneficios ligados a la salud, y a la eficiencia energética, además, es un material natural de bajo impacto ambiental y con huella de carbono negativa, reutilizable y reciclable.

 

  • Inteligencia predictiva. El  hogar  funcionará  de  forma  autónoma  y aprenderá de sus inquilinos. En un futuro no muy lejano, por ejemplo, los sistemas tecnológicos implantados en nuestra vivienda podrían reconocer e identificar los recorridos que realizamos en el interior de nuestras casas, de forma que encendiesen las luces de diferentes estancias, guiando el camino a realizar por el propio usuario, siguiendo sus movimientos cotidianos, sin necesidad de pararse a realizarlos por él mismo. Además, estos sistemas integrados permitirán que la vivienda no tan solo se ajuste a los hábitos, preferencias y necesidades de sus habitantes, sino que también se ajuste a las previsiones del entorno, como el clima.

 

  • Interiorización del exterior. La naturalización de las viviendas y llevar el aire libre al interior será cada vez más un aspecto irrenunciable. Habrá también una exigencia del usuario en que el entorno de la vivienda sea más verde, sano y silencioso para facilitar así la conexión del interior con este exterior naturalizado.

 

  • Espacios diáfanos. En  relación  con  el tamaño, luz o ventilación de los espacios, estos se diseñarán reduciendo las jerarquías entre ellos y aportando flexibilidad a la vivienda a lo largo de su vida con la separación de espacios con paneles o mobiliario multiusos (por ejemplo). Las viviendas serán ahora multitasking y sus estancias, más versátiles. Ganan importancia los espacios diáfanos y la iluminación natural.

 

  • Casa = salud. La vivienda se convierte en un espacio más en el que promover la salud individual y se erigirá como un foco de prevención de enfermedades. Para ello, se instalarán dispositivos y sensores para monitorizar la salud, permitiendo el futuro análisis a profesionales sanitarios.

 

  • Protagonismo del individualismo. Los   usuarios   quieren   convivir   en comunidad sin renunciar a un espacio individual. Por ello, aumentará la oferta y demanda de modelos de vivienda comunitarios que facilitan la pertenencia a una comunidad y sus consecuentes beneficios como el aumento de la sociabilidad, los espacios comunes y servicios compartidos. Entre las nuevas soluciones habitacionales que han ido surgiendo irán ganado cuota de mercado el coliving y el senior living, entre otras.

Por último, y aunque aun habrá que esperar algunos años para descubrir si todas estas tendencias se harán realidad, ya podemos ir implementando algunos de estos detalles que hemos comentado en nuestros hogares.

Esperamos que te haya resultado interesante el contenido. Desde Inmobiliaria Ferrol 22 te deseamos un feliz día. ¡Nos leemos en el siguiente post!