A raíz de la pandemia el teletrabajo en España ha comenzado a cobrar fuerza. Tras más de un año con las plantillas trabajando en remoto desde sus casas, son muchas las empresas que han optado por una vuelta gradual y voluntaria de los empleados a las oficinas, pero ¿está en su fase final o ha venido para quedarse?

El uso del teletrabajo ha caído en 2021 casi a la mitad respecto a 2020, según el estudio ‘Condiciones de trabajo y salud tras un año de pandemia realizado por Istas-CCOO y la Universitat Autónoma de Barcelona. Sin embargo, el primer trimestre de 2021 en España el teletrabajo nos deja cifras como esta: hasta un 11,2% de la población ocupada sigue usando este método como consecuencia de las medidas de restricción debidas a la pandemia.

Aún así la vuelta al cole de las oficinas es un hecho. Impulsados por la mejora de los datos del covid-19 y el fin del estado de alarma, los nuevos sistemas de organización del trabajo que se están aplicando suponen, sobre todo, un reconocimiento a todo lo aprendido durante la emergencia sanitaria aunque existen diferencias en la adaptación de esta modalidad de trabajo.

El uso del teletrabajo en puestos manuales es del 2,9% frente a los no manuales que se sitúan muy por encima con en el 31,6%. Además, la disminución del teletrabajo ha sido mayor entre los puestos de dirección, los puestos científicos y los técnicos y menos entre los puestos de apoyo técnico y los puestos administrativos.

De este modo, las compañías se encuentran inmersas en buscar fórmulas flexibles para acomodar sus dinámicas laborales a la evolución de la pandemia y a las necesidades de los empleados. La idea de combinar jornadas en remoto con otras en la oficina, un modelo híbrido, es señalada como la más eficaz según los expertos, pero debe salvar obstáculos como la tendencia a la presencialidad y la adaptación a la nueva regulación.

Ventajas del modelo híbrido

Este nuevo modelo es una de las lecciones positivas que deja la pandemia ya que genera dinámicas de trabajo más eficaces y enriquecedoras al combinar lo mejor de la presencialidad y del desempeño a distancia. El trabajo en remoto, ahorra costes en infraestructuras y servicios a la empresa y en desplazamientos a los empleados y permite la flexibilidad en los horarios y la conciliación con la vida personal y familiar. Y la presencialidad ofrece los beneficios de la interacción con otras personas: reunirnos con compañeros e intercambiar ideas e impresiones para desarrollar la creatividad y generar lazos de confianza. Es la mejor manera de conectar.

Obstáculos del modelo híbrido

El 65% de las empresas españolas aspira a alcanzar modelos híbridos y el 25% ofrece o pretende ofrecer cuatro días a la semana en remoto. Son dos de las conclusiones que extrae el informe Nuevas formas de trabajar. Reflexiones sobre el futuro, de la consultora Boston Consulting Group (BCG) y enClave de Personas. Esta inclinación se contrapone, con la tendencia actual de volver a las oficinas por la que se inclinan muchas empresas, como las pymes o micropymes, pese a que, según el mismo estudio, el 62% de los empleados considera que su trabajo se puede hacer a distancia.

Otro de los obstáculos en el camino de las empresas hacia el modelo híbrido es la nueva Ley del Trabajo a Distancia, que determina como tal aquel que se presta en un periodo de tres meses o más y un mínimo del 30% de la jornada, lo que supone algo menos de dos días a la semana. La compañía, además, debe proporcionar todas las herramientas de trabajo y sufragar gastos como la conexión a internet. Además,  las medidas de control horario no están adaptadas a esta nueva manera de trabajar, lo que lleva a muchos empresarios a seguir prefiriendo la presencialidad.

Ahora queda quizás lo más difícil, que se produzca el cambio cultural necesario para dar el paso y afrontar esta transición. Las organizaciones deben entender que, no apostar por la flexibilidad -de esta o de otras maneras-, podría ir en detrimento de su competitividad y de su capacidad de atraer y retener talento.así que habrá que esperar para poder ver este modelo implantado en España al 100% pero nadie duda ya que hay que huir de viejas inercias y transitar hacia modelos más flexibles capaces de adaptarse a cualquier disrupción que pueda llegar.

Y ahora que ya conoces los pros y los contras de este modelo ¿tú, qué prefieres? Te leemos en comentarios 🙂

¡Hasta el siguiente post!